domingo, 11 de diciembre de 2011

A Torinói ló (2011) dir. Béla Tarr


Una conocida anécdota del filósofo Friedrich Nietzsche cuenta que, en un viaje a Turín, el pensador observó como era golpeado violentamente un caballo en vía pública. Al ver esto se abalanzó sobre él y, sollozando, le pidió perdón al animal por este mundo tan cruel. Luego de mucho forcejear consiguieron que soltara al caballo, para después desmallarse. Se sabe que después del incidente dejó de escribir y cayó en la locura. La pregunta que el director húngaro  Béla Tarr se hace es: ¿Qué le pasó al caballo? Bajo esta primicia el realizador nos cuenta ésa historia, la de su sueño y la hija de este. 

La película está dividida en en seis capítulos (que representan los días que Dios tardó en crear el mundo). Estos personajes viven en una desolada casa en medio de un enorme páramo que es azotado por una interminable tormenta. Los días transcurren y mientras lo hacen, somos testigos de la cotidianidad y miseria en que se desenvuelven estos seres; para de ésa manera, adentrarnos a cada minuto en el alma de la película. Y es que, de ninguna forma es un filme agradable, los planos son extremadamente largos  (En más de dos horas de metraje solo existen 30), además de otorgar escasas dosis de diálogos o de un audaz montaje. El director utiliza éste particular estilo para que lentamente podamos entrar al relato y, poco a poco, desembocar en un apocalíptico final.

Con una sublime fotografía en blanco y negro, además de una majestuosa banda sonora compuesta por Mihály Vig. Es así como entre sombras, contrastes y sonidos hipnotizantes el director húngaro hace que la degeneración y el desconcierto sean los protagonistas. Su poesía visual cautiva, al mismo tiempo que desalienta. Un filme digno de ser admirado en su totalidad, para sentirlo y dejarse atrapar por la oscuridad de su propuesta. 

Calificación: E






miércoles, 28 de septiembre de 2011

Beginners (2010) dir. Mike Mills

Desde hace varios años el cine independiente norteamericano ha sido lo mejor que Estados Unidos produce en materia cinematográfica. Con temas variados y alejados diametralmente de los gastados estereotipos de Hollywood, este cine ha encontrado su propia voz y se ha hecho un espacio en el imaginario cinéfilo gracias a sus talentosos autores. Siempre es bueno encontrar una película de este estilo con una propuesta fresca, humilde y honesta.

El segundo largometraje del director Mike Mills (Tumbsucker) cuenta dos historias de manera atemporal centradas en Oliver (Ewan Mcgregor), un diseñador gráfico que debe lidiar con su papá de 75 años quien es diagnosticado con un cáncer terminal; el padre(Christopher Plummer), a su vez, acaba de salir del clóset al declarar su homosexualidad luego de la muerte de su esposa. Al mismo tiempo Oliver conocerá a una joven actriz francesa (Mélanie Laurent), igualmente perdida en la nostalgia.

La tristeza se respira en cada uno de los fotogramas de esta aparente comedia, otorgándonos una extraordinaria narración que carga con una constante sensación de abandono. Sus personajes deambulan por la pantalla exhibiendo una acogedora tristeza. Sin embargo no resulta pesado, si no que el realizador se vale de eso para presentarnos la melancolía filmada en su forma más simpática y llegadora. Un abatimiento que, irónicamene, resulta tierno y afable. 

El guión está cargado de diálogos sencillos, que en el fondo resultan grandes lecciones de vida. Situaciones espontáneas y reales que hablan de la constante infelicidad en que muchas personas podemos llegar a vivir; de esa búsqueda de comprensión y cariño que aveces nos hunde en una eterna apatía. 

Los personajes son sumamente complejos, empezando por Oliver interpretado por Ewan McGregor, quien proyecta una melancolía real, su personaje logra una empatía inmediata en el espectador quien solo se deja llevar por la pesadumbre reflejada en su mirada. De igual manera Mélanie Laurent interpreta a Anna de forma muy acertada, como una joven y simpática actriz incapaz de dejarse amar. Pero es, definitivamente, Christopher Plummer quien logra robarse la película, su encantadora interpretación es la que llega al corazón del espectador, haciéndolo enternecer con su honesta actuación. Mención especial a la actriz Mary Page Keller, quien interpreta a la madre de Oliver, logra un papel maravilloso en las breves escenas que tiene. 

Todo esto se conjuga con un acertado y divertido diseño de producción inspirado en un minimalista humor gráfico que se compagina perfectamente con un montaje soberbio, aderezado con melodías suaves que dan como resultado una experiencia única que no solo logrará varias lagrimas y honestos suspiros, si no un inmenso nudo en el estómago. 

Anna: "People like us, half of them think it will never work out. The other half believe in magic (La gente es como nosotros, la mitad cree que nunca funcionará y la otra mitad cree en la magia)" 

Calificación: E





jueves, 15 de septiembre de 2011

Miss Bala (2011) dir. Gerardo Naranjo

El año pasado, Luis Estrada sorprendía al público mexicano con su sátira acerca de la ficticia  guerra contra el narcotráfico que el gobierno federal inicio desde el 2006. Por muy intensa y directa que fuese la crítica,  "El infierno" nos presentaba un escenario más bien pintoresco en donde aún podíamos soltar un par de carcajadas y pensar en que, tal vez, la situación mejoraría. Ya en este 2011 el escenario no es el mismo, la situación ha cobrado la vida de las de 40 mil personas(1) y es imposible vislumbrar un futuro positivo para el país. 

Situado ya en este contexto Gerardo Naranjo nos presenta su tercer largometraje contando la historia de Laura Guerrero (Stephanie Sigman), una aspirante a reina de belleza de Baja California quien se ve forzada a inmiscuirse en el negocio del narcotráfico. Dejando de lado cualquier clase de humor, la cinta retrata el mismo irreconocible país en el que, lamentablemente, todos transitamos diariamente. Ése en donde los ciudadanos hemos sido abandonados por la una clase política descompuesta, quienes, cínicamente solo buscan enriquecerce a costa de una confundida clase trabajadora. 

Aunque el género de la película es acción, la cercanía del tema hace que cada una de las secuencias sea una experiencia sórdida, ayudado de varios planos-secuencia, muy bien dirigidos; el realizador sabe representar la violencia sin ninguna clase de adorno artificial. La acción está ahí, en los ojos de la espléndida y bella protagonista; nos movemos junto a ella, sin querer realmente acompañarla en ese infernal viaje. Las actuaciones, así como la estética de la cinta son de un realismo que raya en el documental. Haciendo de la experiencia escalofriante por momentos. 

Irónicamente se presenta a Laura como una humilde mujer quien sueña con entrar a un concurso de belleza, haciendo hincapié en el discurso sobre el presentar cosas hermosas y glamurosas, para así,  negar una siniestra realidad. A pesar de ello, el director no pretende presentar culpables o dar juicios adelantados. Simplemente deja que la realidad sacuda al espectador para que al unisono podamos gritar: ¡Ya basta!

Calificación: MB



martes, 13 de septiembre de 2011

J'ai tué ma mère (2009) dir. Xavier Dolan

"Yo maté a mi madre" cuenta la historia de Hubert Minel, un adolescente homosexual que posee un inusual odio hacia su madre. Su forma desinteresada de pelear y hasta su manera de hablar y vestir parecen zaherir al muchacho, al punto de negar la existencia de su progenitora. El odio que siente hacia ella, crece eventualmente al grado de ser insoportable para ambos, llevándolos a la catarsis.  Aunque al principio la madre muestra cierto desinterés ante los constantes insultos de su hijo, pronto el carácter de este explota, sumándose a su hambre de libertad espiritual lo convierten en un joven hostil e insufrible. Todo lo que lo aprisiona parece conjugarlo en la figura de su madre. 

Deslumbrante ópera prima de Xavier Dolan quien, además de actuar, dirige y produce este inusitado filme. Rodado a la edad de 19 años, el argumento tiene demasiado de autobiográfico, uno se llega a preguntar que clase de relación pudo haber tenido con su verdadera madre, pues el guión está plagado de honestidad y diálogos insólitos. Dolan no teme, en ningún momento, ser políticamente incorrecto, hablando sobre un tema difícil: el odio a una madre. La película por momentos llega a ser incómoda y perturbadora, sin embargo es aplaudible la frescura con la que el cineasta cuenta una historia que pudo haber caído en el drama inaguantable.  
"Se que la mayoría de las personas creen que odiar a una madre es un pecado. Son hipócritas, ellos deben de odiar a las suyas. Por un segundo, o por un año. Tal vez no por mucho tiempo, o tal vez ya lo hayan olvidado. Pero la han odiado".  -Hubert Minel. 


De apariencia minimalista, el realizador sabe imprimirle un aire de modernidad al metraje, lo que la hace bastante digerible. Se notan las referencias a cineastas franceses como Ozon o Truffaut, además de un soberbio manejo de planos cinematográficos en las secuencias oníricas, resultando innegable el talento del joven director. A pensar de lo difícil que resulta la incómoda temática, Dolan logra un sentimiento de empatía en la audiencia, además de un torbellino de sensaciones que pueden llegar a ser demasiadas, pero disfrutables para los amantes de las emociones dramáticas extremas. Una gran muestra de cine alternativo.

Calificación: MB


lunes, 25 de abril de 2011

Recuento cinematográfico 2011 (Cine mexicano)

Aquí las nominaciones a cine mexicano...

*Cintas independientes, de temáticas alternativas y bajos presupuestos.