Es ya bien sabido que una de las categorías más complicadas en los premios de la Academia es la de "Mejor película en lenguaje extranjero" (en este caso, en idioma distinto al inglés). La gran mayoría de veces da sorpresas impredecibles aun cuando haya una favorita. Las dos últimas veces que México compitió en esta categoría iba como favorita: por "El crimen del padre Amaro" de Carlos Carrera y "El laberinto del fauno" de Guillermo del Toro, ambas perdiendo ante las alemanas "Nowhere in Africa" y "La vida de los otros", respectivamente. Este año no fue la excepción, Michael Haneke iba como favorito por su obra maestra "La cinta blanca", sin embargo el premio fué para la argentina "El secreto de sus ojos".
El cine argentino es una de esas industrias cinematográficas latinoamericanas, relativamente "saludables" y, junto con México y Brasil estrenan la mayor parte de cintas habladas en español latino. Poseen realizadores muy diestros capaces de otorgarnos cintas de una insuperable manufactura e historias mucho más cercanas a la realidad inmediata. Juan José Campanella se consolida como un magnífico director de actores, así como un admirable guionista. El secreto de sus ojos conjunta distintos géneros cinematográficos: el thriller policiaco, el drama basado en deseos y pasiones, al más puro estilo clásico y el relato político hablando de mafias e impunidades en una época difícil para Argentina, los 70's.
La cinta nos narra la historia de Benjamín Espósito, secretario de juzgado en Buenos Aires jubilado. Este hombre intenta escribir una novela acerca de un brutal asesinato que ocurrió en el 75, reviviendo, así una violenta y dolorosa historia que, aún en su vejez lo sigue atormentando. Es así como, a manera de flash backs y maravillosas secuencias el director nos cuenta una historia que nos recuerda a esos clásicos norteamericanos, planos de una absoluta belleza, así como actuaciones perfectas, solventadas mucho más en la contención que en el drama exagerado. Soledad Villamil, Ricard Darín y Guillermo Francella estan soberbios. Un guión bien concebido, que atrapa al espectador desde el primer momento. Una fotografía exquisita y una partitura que va perfecta con la narración.
Entonces... ¿qué le falta a "El secreto de sus ojos" para ser una obra maestra? Es que precisamente Campanella se esmera demasiado en esa perfección cinematográfica para lograr una historia interesante y resuelta que el público digiera de manera muy simple. Algunos diálogos son exageradamente poéticos y. a pesar de que las secuencias son majestuosas (en especial el plano-secuencia del estadio) se nota algo de pretensión. Aún así la película es maravillosa en su narrativa y perfecta en su presentación.
Calificación: MB