Después de muchos impedimentos al fin pude disfrutar la nueva (¿Cuál nueva? Se estrenó el año pasado) película del director Spike Jonze. He de confesar que el temor me invadió unos momentos antes de comenzar el metraje pues, al ser un filme tan esperado, me dediqué a bajar cientos de trailers, entrevistas, soundtracks, etc. Lo cual me hacía tener grandes espectativas de la misma, temía que Jonze no las llenara.
Como la mayoría sabemos, la cinta está basada en el libro para niños de Maurice Sendak, siendo este un libro de no más de 15 páginas uno se pregunta como le hicieron para llenar una película de, aproximadamente 100 minutos. Con la ayuda del propio Sendak y el guionista Dave Eggers, Jonze escribió una historia mucho más profunda que la contada en el pequeño libro, sacando la escencia del mismo para contar su propia versión de Max y el lugar donde viven los monstruos.
Max es un niño imaginativo, inteligente y, muchas veces, incomprendido; tras una discusión con su madre este se interna en el bosque, consigue una balsa y llega a una isla habitada por monstruos quienes deciden convertirlo en su rey. Con la condición de que Max arregle todo su mundo hasta hacerlo "perfecto", convirtiendo a ese lugar en un campo de juego y diversión eternas. Pronto Max se dará cuenta que sus nuevos amigos monstruos son unas criaturas solitarias, depresivas y tristes a quienes es muy difícil ayudar.
La cinta definitivamente no es para niños, pues no está contada de manera amigable y el mensaje de la cinta puede resultar confuso para los pequeños. La película es para el niño que existe en todo adulto y es que, absotulamente todos lo fuimos alguna vez. Plagada de nostalgia hacia la niñez la historia encuentra en los monstruos la manera perfecta de recrear las tristezas y sin sabores de la madurez y como este mundo no puede ser uno de eterna diversión y juegos. Max, como creador de su mundo, es la metáfora perfecta de cada individuo inventor de su propio entorno, el cual se ve limitado gracias al rígido mundo adulto, un lugar en donde no está permitido gruñir y ser salvaje, Max huye a un sitio donde puede hacer lo que quiera.
Con un trabajo artístico envidiable, pues la fotografía, el diseño de producción y la música a cargo de Carter Burwell y Karen O., nos transportan al viaje de Max, para que el espectador no solo lo observe, si no que viaje en el barquito de sus recuerdos hasta ese monento, hasta esos juegos y esas ganas de brincar y participar en una guerra de tierra. El personaje de Max es perfectamente identificable en todos nosotros mientras que cada uno de los monstruos es poseedor de una personalidad compleja, pero no por ello menos depresiva y adorable (Especialmente Caroll). Temas como la soledad, la infelicidad , la madurez o la busqueda de la perfección son tratados por Jonze de una forma sencilla y sin pretenciones. Una obra pequeña pero de gran alcance para cualquiera que este dispuesto a viajar con Max, pues como el trailer lo dice "En cada uno de nosotros se encuentra algo salvaje".
Calificación: E!
Calificaciones:
E = Extraordinaria
MB = muy buena
B = buena
R = regular
M = mala
AS = asquerosamente mala
3 comentarios:
no se, no cumplio con mis expectacivas del todo, pero si es muy tierna y excelente visualmente y muy buena musica si k si
saludos!!!!
Impagable. Cuesta encontrarle algún defecto. Estuvo entre mis 10 mejores del 2009.
Saludos!
PM
Totalmente de acuerdo, es simple pero extraordinaria. A mi no me llevo tanto a mi niñez, pero recorde todos esos momentos en que la ira me invade, hago cosas estupidas y luego me arrepiendo, jejejeje. Y adore que James Gandolfini hiciera la voz de Caroll.
Saludos
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